lunes, 20 de junio de 2011

MODELO PARA ARMAR


Si hay algo que siempre me molestó es que me pongan “modelos”. Los que todo lo hacen bien y uno es una mierda. De eso hablo. De esos a los que hay que mirar y aprender, hay que imitar. Lo que hace uno no vale, no sirve, la justa la tiene el otro: “el modelito”

En Argentina nos angustian diariamente con que estamos para atrás, que debemos mirar a los vecinos que sí la tienen clara, no como nosotros a los que sólo la casualidad y el contexto nos salva porque si fuese por lo que nuestra sociedad aporta estaríamos en la lona.

Esta primavera va a pasar nos dicen y salimos ciegos a comprar dólares por que se pudre en un par de años y hay que estar preparados.

Esta semana sin embargo, he leído en diarios chilenos y brasileros - países fuentes permanentes de inspiración de nuestros más cipayos cronistas de siempre - noticias que al menos me hicieron dudar de su tan buen ejemplo a seguir.

En realidad quien acompaña este blog sabe que esta duda no es nueva -pero en fin- es por hacerme el sorprendido nomás. En realidad, a vistas que los síntomas aparecen más claros y se me hace más fácil exponerlos es que escribo estas líneas.

Dos clásicos como antesala: “La producción ganadera brasilera” y “El orden y la civilidad chilena”.

De las dos supongo que habrán escuchado hablar, parece que si no crías vacas como los brasileros o si tenés manifestaciones populares a diferencia de los calmos chilenos sos un desastre.

LAS VAQUINHAS

Con motivo de que este mes finaliza el plazo para el cumplimiento de la Cuota Hilton con la Comunidad Europea - ciertos kilos de carne de alta calidad que las potencias europeas nos dejan entregarles por año a un precio sustancialmente mejor que la media – aquellos que andamos atentos al tema tuvimos que escuchar y soportar como vergüenza nacional que estaban faltando 2.000 toneladas de las 28.000 a las que tenemos derecho este año y que esto constituía una perdida de casi 30 millones de dólares para el país y obviamente era culpa de…¿adivinen? Si, de Guillermo Moreno.

Bueno, aparentemente esto es cierto, lo que es cierto también es que la gran patria ganadera que son los vecinos, de las 10.000 tn. que tienen autorizadas sólo entregaron 400 y el año pasado 700. Es decir, no juegan en primera, están en la B. Y esto misteriosamente nadie lo reproduce por estas tierras. Son campeones en mandarles pollo a los europeos, pero cortes vacunos de alta calidad: Nada. Ocurre que las exigencias de trazabilidad impuestas por el viejo mundo, sumadas a la obligación de alimentar a base de pastura a la hacienda para ingresar a ese destino, no pueden ser cumplidas por los brasileros. No tienen desarrollado en sus campos el sistema de rastreo histórico de sus reses y además sus pastos no poseen el tenor proteico de los de nuestras tierras y ahí se acaba la conversación.

Esto puede explicar que Brasil haya tenido que exportar 1.650.000 tn. de carne en 2010 para juntar 5.000 millones de dólares mientras que nuestro país facturó 1.400 con 310.000 toneladas. Hablando fácil: ellos vendieron a 3 dólares el kilo mientras nosotros lo hicimos a 4.5 (estoy hablando de precios promedios de totales exportados y dólares recibidos sin discriminar cortes, categorías, etc.).

Esto puede indicar algunas cosas:

1- Que los precios promedios pagos por otros destinos ( US$ 3), como Rusia, el Congo, etc., talvez sean hasta inferiores inclusive a los del mercado interno argentino lo que puede estar desalentando nuestras “pálidas” exportaciones cárnicas .

2- Que es probable que en esto se explique la llegada masiva de frigoríficos brasileros conscientes de que desde su país perderían la “papita” de la Hilton que paga US$ 15.

3- Que sea por último una estrategia de nuestro Gobierno dejar por el momento salir mayoritariamente esos cortes especiales por que son los que aseguran valor agregado como para pagar mejores salarios que los que pagan en Brasil exportando a 3 dólares. Es decir, a ese precio se debe exportar no solo la carne sino el sudor sacrificado del operario a precio de banana para llegar al número que el pijotero ruso quiere pagar. Por ahora, más vale, exportemos lo caro, y el resto lo dejamos en nuestra parrilla; ¿o no?

En definitiva, nosotros seguramente tenemos mucho a mejorar pero si es por tomar apuntes partamos para otro lado a buscar ejemplos y no repitamos como loros la boludez que escribe algún pelotudo en la Sección Rural de los domingos.

LA HARTA CALMA CHILENA

Quien ha estado en Chile, ha visto todo ordenado, todo prolijo. Esta semana de mediados de junio, se rompió el orden y la calma. A pesar de que no apareció en ningún lado más de 100.000 estudiantes tomaron las calles de Santiago, y no es la primera vez, hubo heridos, gases y todo el chou.

No aguantan más los altos aranceles de todo su sistema educativo, la falta de oportunidades para el que no puede pagar la educación privada e imagino yo también la “Odol” sonrisa de su Presidente que encima les pone como Ministro de Educación a Joaquín Lavín, un empresario amigo “dueño justamente” de Universidades Privadas. “Es joda”: dirían en mi barrio.

Estuve investigando un poquito y me encuentro que los trasandinos destinas el 3 % de su presupuesto a la educación y nosotros ya estamos en el 6.5 % con Universidades e Institutos de Investigación que gozan hoy en día de recursos como nunca y una política de inclusión científica que va mejorando notablemente. Si no nos sentimos más orgullosos con el lanzamiento del satélite argentino, el SAC-D (Satélite de Aplicaciones Científicas/Aquarius) o con los radares que se encomendaron al INVAP ayer es por que probablemente no sean noticias que al monopolio le interese publicar.

Entonces;- ¿Cuál es la de los vecinos? ¿Por qué tanto mirar para afuera?

La explicación clásica que nos desalienta: El contexto internacional nos está ayudando, nosotros no tenemos nada que ver, miremos como hacen ellos las cosas, que ellos si lo hacen bien.

Resignado, eso hice, miré.

Mirando me encuentro que Brasil exportó durante el 2010 casi 200 mil millones de dólares, de los cuales 90 mil corresponden a productos primarios y MOA (manufacturas de origen agropecuarias) que gozan -como es lógico- del mismo buen momento que los nuestros. Han logrado 20.000 millones de superávit comercial para sus 194 millones de habitantes. Sin embargo en su serie histórica el porcentaje de participación industrial en el total vendido va disminuyendo. En los últimos años el gigante sudamericano viene sufriendo una valorización de su moneda que la empieza a pagar, cada año 500 industrias dejan de exportar para casi 4000 convertirse en importadoras. Como la diabetes dicen, una enfermedad silenciosa.

No es casual que en su modelo se vaya consolidando el sector de alimento contra el industrial. En principio es una tendencia mundial de la que nuestro país viene escapando pero que se repite en todas las naciones productoras de materias primas por el alto rendimiento de los productos primarios, pero además no olvidemos que el Sr. Luiz Fernando Furlan fue el “Ministro de desenvolvimento, Industria e Comercio” en el Gobierno de Lula al tiempo que mantenía su cargo de Presidente de BR Foods, monopolio alimenticio en el país hermano formado por la unión de Sadia e Perdigao.

Hoy Dilma Rousseff acerca al grupo a Jorge Gerdau, propietario de la gigantesca siderúrgica del mismo nombre como Asesor Jefe de la Cámara de Gestión y Planificación del país en un período de Gobierno en que el Mundial de Fútbol, las Olimpiadas y el Plan de Construcción de Viviendas “Minha casa, minha vida” lanzado recientemente, prometen gran consumo de “hierro del 8”. Casi concomitantemente el multimillonario anunciaba una inversión para ampliar la capacidad productiva de su industria de US$ 1.500 millones “para acompañar el crecimiento del país”. Los negocios cambian, las mañas no, parecería.

Algo al estilo de Roig y Rapanelli con el Turco, se acuerdan? Los de Bunge y Born. Ah, me van a decir que nada que ver, por que en Brasil los empresarios son nacionalistas. Jaja, ok, ponele. Es eso, admiremos al vecino.

Pero bueno, de Brasil siempre les hablo, me voy a concentrar un poco en los hermanos chilenos que realmente me han sorprendido:

Me desayune con que Chile con 17 millones de habitantes exporta un poquito más inclusive que la Argentina, si señor. Chupate esa mandarina: 69.000 millones de dólares contra los 68.500 de nuestro país. Nuestro secreto todos lo conocen: La sojita y su complejo agroindustrial: 17.317 millones. El de ellos lógicamente es el Cobre pero ahora abran bien las orejas: 40.000 millones. Esta cifra supera inclusive el total de exportaciones argentinas de Materias Primas (15.171) y MOA (22.910). Impresionante la concentración en sus exportaciones, y yo que pensaba que nosotros dependíamos de un solo producto. No se nada.

Lo que debe ser cuando el cobre toma buen precio pensé, y me fui a una página a buscar la serie histórica de valores de comodities para ver la evolución del mineral en relación a nuestra oleaginosa.

Mientras que en el año 2002 la tonelada de soja la pagaban 544 pesos, este año se pago 1.279 en Rosario. Más que duplico su precio (2.35) lo que explica el movimiento que hoy en día observamos. Para el maíz por ejemplo, en el mismo período se produjo un salto de 250 a 737 (2.9) casi triplicó, digamos.

Ahora bien, miren lo que pasó con el cobre en ese mismo período: de US$ 1.400 saltó a US$ 9.000, seis veces y media más. Concretamente amigos, si lo nuestro es “Viento de cola”; lo de ellos es un “Ventarrón del orto”.

Les pido que observen que a su vez la participación de la soja en nuestras exportaciones totales es del 25% y en el caso de ellos el cobre responde por el 58%.

Y así todo. Las calles llenas de estudiantes protestando, han contraído deuda este año y crecen a tasas menores que las nuestras. ¿El terremoto? Ok, puede ser. Pero hay otra cosa: El superávit comercial con tan poca población es de 15.000 y el nuestro de 12.000 con el mismo nivel de exportaciones y 40 millones de habitantes de nuestro lado.

¿Cómo se entiende?

Puede ser que estén aprovechando la coyuntura para importar maquinaria y tecnología y que en eso se estén gastando algunos dólares pero parecería también que no producen mucho más que el valioso metal, algo de celulosa, muebles, algunas frutas y buenos vinos, ahí murió. El resto a traerlo de afuera que hoy el cobre da para todo. Una suerte de “El Dorado”, en la época del boom del oro. El día que se termine el cobre; -¿que hace esa gente?, ¿Y si no se termina pero baja el precio ó los ecologistas del futuro impiden su explotación?

Y nosotros preocupados con si baja la soja…

En fin, que “Si hay que pensar en nuestro propio modelo?”, que “Si tenemos que mejorar?”, que “Si existen mil cuentas pendientes?”:

La respuesta es Si!

Pero digan lo que quieran, yo me quedo por acá. Y ahora me empaqué!