jueves, 18 de agosto de 2011

BIENVENIDOS AL TREN



Bueno, bueno, bueno. El escenario político en el País parece haberse ordenado lo cual me deja más tranquilo además de contento por el modo en que lo hizo. Ustedes saben...

Esto apresura los tiempos pues crea certezas y deja mirar algunas otras cositas. Permite salirse un poco de la coyuntura electoral y focalizarse en las cuestiones que más probablemente irán, por acción u omisión, a condicionar nuestros próximos años. Cuando digo “próximos años” imaginen que yo tengo 41 y me interesa que nos vaya bien ahora, pues espero no empezar a hacer plata el día que a mi amigo Pablo le diga Mariano o que me parezcan “un asco y sucios” ayyyyyy!, los moteles. “In the long run we are all dead”, decía Juan.

En fin, hay que darle para adelante, los desafíos son grosos, y los tiempos no están jugando a favor de los dormidos.

Hoy miraba 678 y escuchaba a una señorita, con motivo del aniversario de la muerte de nuestro General San Martín, hablando mucho de la liberación de nuestros pueblos y de este fantástico despertar al que hoy asistimos en el sentimiento Latinoamericanista. Pensar una América del Sur, Latina, o hasta donde llegue, unida y soberana, ilusiona. Creo que en esta buena sintonía de los gobiernos de una mayoría importante de nuestros países, que se da en tiempos de líderes regionales importantes también, se ve una luz para soñar con algo parecido a eso o al menos al intento de lograrlo. La aparición de grandes conglomerados históricamente ausentes a la mesa universal y su consecuencia inmediata en los términos de intercambio de nuestros productos de exportación obviamente contribuye y mucho al logro de esta vieja utopía también.

Madrugada del 4 de noviembre del 2005 un tren cargado de locos que prácticamente nauseas provocaban en los reporters de cadenas internacionales y litros de vómito en las burguesías nacionales, arribaba a Mar del Plata.

Ahí estaban: Emir Kusturika, Tristán Bauer, Miguel Bonasso, Pérez Esquivel, Maradona, Evo Morales, Chavez y El. Si El, jaja, ¿sabén de quien les hablo, no?, de El, del pinguino loco, claro.

Llegaban a “La Feliz” a decirle no a una propuesta despectiva de integración regional. Despectiva por que no era propuesta, ni era integración, ni era regional. Era mero propósito de fagocitación imperial, era metamorfosis de método hegemónico de subyugación continental, era Monroe y su “América para los americanos”. Pero esta vez al TIAR no se lo firmamos.

Ahí estaban estos locos, “aislándonos del mundo”, dejando nuestros destinos atados a socios como Brasil, Venezuela, Paraguay, Bolivia, Uruguay y Ecuador. Alejándonos de los que deberían haber sido nuestros socios: los que tenían plata claro, “no te vas a asociar con zurdos y pobres”. Inclusive países mucho mas integrados al contexto internacional de nuestro propio continente nos daban la espalda. Méjico ni nos hablaba, Colombia, Perú ni Chile tampoco, obvio.

Había países “serios” en América Latina que habían optado por acuerdos serios, entre naciones civilizadas, con potencias que le garantizaban mercados maduros de consumo donde de todo podrían vender.

En estos días que se habla tanto de la crisis internacional estaría muy bueno recordar aquellos sucesos del tren, que ni se como marchaba, por que era la Argentina del post default que ni regularizada su deuda tenía.

Nadie podrá negar que en una situación de semejante debilidad, para plantearse sacarlo cagando al Presidente de los EEUU de la Argentina con el respaldo del Pelusa, de mínima, hay que ser optimista.

En fín, historia.

Al pingüino si hay algo que no se le puede negar es que era corajudo e insolente, y va a pasar o esta pasando a la historia como un “militante”, un hombre que ha sabido traer a la juventud de nuevo a la política, un gran constructor de poder y algunas cosa más. Lo que poco se dice, o de lo que poco se habla es de su visión estratégica impecable como administrador y ejecutivo. Hoy su mujer muestra los mismos dotes y las elecciones del domingo se ganaron exactamente por eso. Por gestión. La gente quiere que cuando manda a alguien a hacer uno de crudo y queso le llegue con pan francés y manteca a la mesa, cuando lo mira a Alfonsin o a Binner, sabe que se lo va a tener que comer con mayonesa y en pan de miga en el mejor de los casos.

Yo imagino que a esta altura el que me esta leyendo debe estar pensando: “¿adonde va este paisano?”. Voy ni más ni menos a decirles que a mi modesto entender la posibilidad de nuestro País de escapar a esta locura mundial que estamos viendo por la tele está íntimamente ligada a aquel tren.

Se escucha hablar todos los días de las consecuencias de esta crisis para nuestro país e indefectiblemente el análisis viene dado por la posibilidad de que una caída sustancial en la demanda de productos primarios produzca una baja en nuestros comodities de exportación lo que acabaría con el siempre bien ponderado “viento de cola” e indefectiblemente esto “tendría efecto sobre nuestra economía”

Vamos por parte:

Que si baja la soja y vos vendes soja “es probable” que te va a afectar en tu economía es tan cierto como que cuando hace frío se caga de hambre el que vende rolito. No podés ser tan choro y escribir en los diarios cosas así.

Que si esto es realmente el fantasma que avisoran nuestros Gobiernos y de ahí toda esta movida regional de la Unasur, los Ministros de Economía, los presidentes de Bancos Centrales, etc. La verdad, no lo creo.

En primer lugar tenemos concepciones todavía muy atadas a un mundo bipolar EEUU-CEE donde la falta de crecimiento de cualquiera de estos dos bloques indefectiblemente derivaba en un freno automático en la demanda mundial. Hoy la cosa no es tan así, a pesar de la inmensa participación que continúan teniendo estas economías en el mundo, los países emergentes son claramente los que están traccionando el consumo. Por esta razón dudo realmente que el problema venga dado por el lado de la demanda de nuestros productos primarios y si, sin embargo, creo que hay una gran preocupación en el ataque de bienes industriales que pueden sufrir nuestras economías dada la baja demanda en las economías centrales y la alta actividad, y posibilidad de pago, que demuestran nuestros mercados.

Países extremadamente industrializados con excedentes enormes de producción que no consiguen canalizar en sus propias economías es probable que estén viendo en nuestra región apetecibles nichos donde colocar productos.

Así que a no preocuparse por si la soja baja de 500 dólares a 300, no sería lo más grave ni creo que vaya a ocurrir. La posibilidad en todo caso que más preocupa es que terminemos usando el buen valor de nuestros productos en el mundo para inundar nuestros mercados de productos industrializados en países centrales, que con economías estancadas en la actualidad, vean en nuestro calles la solución a sus problemas. Por otro lado aunque nosotros hagamos las cosas bien, si los países adonde exportamos nuestros productos industrializados se ven penetrados por producciones subvencionadas y de calidad provenientes de potencias industriales, sería notablemente afectada nuestra posibilidad de venta como es lógico.

En definitiva la cuestión es que el buen precio de la soja argentina, del cobre chileno, los minerales brasileros, el gas boliviano o el petróleo venezolano no acabe siendo usado para traer mercancías de economías industrializadas. Esta historia un poco ya la conocemos, no?. Es la primarización de nuestras exportaciones de la que tanto habla nuestra Presidente y de la que nuestro país es el único en la región que viene zafando talvez justamente por esa obsesión en el tema que se percibe en nuestra líder.

Parte del motivo de todas estas reuniones de la Unasur es justamente ver como utilizamos estos mayores precios que hoy tenemos para industrializar nuestras economías y que no terminen siendo la solución a la decadencia de los países centrales.

El otro gran problema que se ve es que los grandes capitales al no tener alternativas de inversión rentables en el hemisferio norte, aterricen en nuestras economías a la búsqueda de rendimientos que no los verían ni en foto en los bloques desarrollados. Podremos ser vistos como “peligrosos”, pero llega un momento que hasta el más cuidadoso arriesga un poco si se ve tentado por ganancias imposibles de obtener en ámbitos “seguros”.

El arribo masivo de capitales sobre nuestras economías distorsionan nuestros mercados, revalorizan artificialmente nuestras monedas lo que resta competitividad a nuestras actividades y parasitan nutritivas tasas de intereses que es la Nación en su conjunto la que indefectiblemente acaba pagando.

Los países latinoamericanos han acordado en que esta es la temática de la que hablar por estos días. Las Morenianas políticas tan criticadas en la Argentina de protección de la industria vía licencias no automáticas e imposición de compensación de importaciones son miradas con respeto por el resto de los miembros de Unasur, el encaje del 30 % al ingreso de capitales por un lapso de un año antes tan criticado por nuestra propia Bolsa de Valores, hoy es aplaudido casi sin excepción.

Estos dos aciertos, sumados a la renegociación de la deuda y el posterior espectacular desendeudamiento en términos deuda/PBI han convertido a la Argentina en un protagonista importante en nuestra región y en una suerte de bicho raro a observar desde otras latitudes que enfrentan serios problemas en estos días. Me reía los otros días por que en Israel han puesto a un cordobés a dirigir un comité anticrisis. Un argentino enseñando a los paisanos a solucionar sus crisis económicas, más que un dato de la realidad parece un chiste de cordobés. En fin, mundo loco.

Lo que es importante que observemos es que el San Martin que hablaba la periodista de 678, el fantástico Tren del Alba y las actuales reuniones de la Unasur tienen además de una bienvenida aceptación orgullosa de nuestros orígenes y nuestra cultura, una fuerte base de intereses económicos extremadamente pragmáticos y determinantes para nuestro futuro mediato.

Estamos hablando de líderes defendiendo intereses, no hablamos de santos. Como no hablamos de Santos y el viaje que acaba de realizar por la Argentina. Fijense un poquito la ruta y los mensajes del Presidente colombiano: Primero va para Chile y después a Buenos Aires, desde el aire hace llamados a Méjico y pide políticas comunes ante el G20.

Ocurre que estos tres países que son justamente los que no estaban en aquel tren por que tenían acuerdos de libre comercio con potencias serias son los que más preocupados están hoy, y más allá de sus diferencias ideológicas con los restantes países sudamericanos, están desplegando notables esfuerzos de acercamiento. El cuarto era Perú, pero el cambio de signo político traído por Ollanta Humala hace más lógico el mejoramiento en las relaciones.

Pero de los tres anteriores: Méjico fue el país que más sufrió la crisis del 2008 por estar integrado al NAFTA y Colombia con el 40 % de sus exportaciones para EEUU está mirando con mucho miedo las medidas regresivas que los republicanos le imponen a los demócratas en el país del norte. Chile no se queda atrás, tiene libre comercio con casi todos pero el problema es que no le compran, o mejor, le llevan todo el cobre y le mandan las susuki. La consecuencia las estamos viendo ya reflejadas en la sociedad chilena que ha empezado a salir a las calles, hoy por la educación y por los derechos de los mineros, mañana vaya a saber por que.

Brasil, el gran jugador, que hasta hace un par de años “iba por todo” en el mundo hoy está sufriendo ya la falta de competitividad de su moneda por el inédito ingreso de dólares al país. Sabe que devaluar le traería inflación con lo que empezó a bajar un poco a tierra y claramente empieza a privilegiar una apuesta por la región y su potencial maravilloso: 500 millones de habitantes que crecen en media el 6%, hablamos el mismo idioma o casi y sin problemas de fanatismos raciales, religiosos o culturales integramos la región del mundo con mayores reservas tanto alimenticias como energéticas.

Los que se vislumbra entonces es una mayor integración y proteccionismo en la región, la creación de instrumentos financieros sólidos para apuntalar el desarrollo y protegerse de los ataques especulativos, el armado de cadenas de valor entre países y la honesta negociación con otras regiones del mundo, en particular con otras economías en desarrollo (relaciones Sur – Sur ), exigiendo planos de igualdad en un win – win como le dicen los rubios.

Importante hora para la industria nacional, hora de invertir y salir de viaje por América del Sur, el que pegue primero gana y hoy Argentina está bien posicionado para salir a disputarle a Brasil mercados en esta inquieta América Latina. Acá va a estar el reaseguro contra cualquier eventualidad que ocurra en el mundo y es importante estar consolidado en la región.

Las cartas parecen estar echadas, economía y política asoman claras para los próximos cuatro años, es hora de acelerar!

Nunca Menos! Dijo un zurdito alguna vez en un tren.