domingo, 6 de marzo de 2011

EL AMIGO HUGO


Ahora que ya ha pasado el “terrible temor” de Grondona a que Argentina “se convierta” en Venezuela y que los “Clarinetes” han apuntado sus bocas a la falta de seguridad y a la inflación, he decidido rescatar del olvido - al que lo ha condenado el rubio establishment argentino —al moreno amigo bolivariano—. Re-presentarlo, re-introducirlo, re-contarlo. Reconfirmarlo como amigo y argumentar la posición, no apelando a peyorativos agravios como con los que ha sido atacado sistemáticamente sino citando cruciales momentos históricos en el que junto a nuestro Néstor definieron —en una estrategia común— el rumbo de casi todo un continente que hoy empezamos a mirar con optimismo.

Nunca existió de hecho gran paridad de visiones entre los dos líderes en sus políticas domesticas —se sabe—, pero si objetivos ulteriores comunes: Una América Latina unida, independiente y soberana. Eso si estaba claro y por esto el ponerse a las órdenes del país hermano con tal fin nunca fue duda para sendos gobiernos. Algunos dirán que tenían “negocios” juntos. Y si…esos ven siempre “negocios” en todos lados, es de lo único que hablan, y cuando les toca el turno ni pa’ negocios sirven.

No se trata esto tampoco de una evaluación del caribeño. No me da para tanto. Sólo una visión desde la gratitud y la amistad. Como cualquiera mira a un amigo, sin cuestionarlo tanto, sin pretender identidad de pensamientos, sin juzgarle cada acto. Solo la certeza de saber que cuando hay que estar, va a estar. Y por ahí nomás van a quedar estas líneas.

Por último un reconocimiento a Lula en este homenaje, también estuvo a la altura de las circunstancias modificando una histórica línea de Itamaraty mas ligada al expansionismo que a los procesos integracionistas.

Bueno, basta de chamullo y vamos a las papas.

Y escribo papas y no grano porque ni de granos se hablaba en aquellas épocas y las que si quemaban eran las papas, 2003; ―se acuerdan? Parece una eternidad y fue un poquito más que una secundaria lo que pasó. De uno y otro extremo en latinoamericano la cosa estaba fea.

En la Argentina un futuro digno solo era imaginable si partías para Barcelona. Eso sí, no faltaba nada. Había gasoil, electricidad, carne, aceite…de todo un montón…pero guardado. Por que las heladeras amigos tenían menos carne que rodilla de canario y en la ruta era más fácil encontrar un japonés rubio de rulos cagando, que un camión circulando… Era la muerte. El país defaulteado, cinco presidentes en 15 días, piquetes hasta en los guardarropas de los boliches. Cualquiera.

En Venezuela en ese momento no era tanto el problema de la plata lo que apretaba, pues el crudo rendía. Era la derecha en Caracas la que no sabía qué hacer para tumbar al “populista” de ideas raras que había osado llegar a la presidencia y pretendía gobernar de la mano del pueblo que no dejaba de acompañarlo desde el 98. En 2002 intentaron un Golpe de Estado, inclusive apresaron al presidente que fue luego confirmado entre referendos y huelgas generales. Y así venia zafando solito. Parado arriba de un montón de petróleo pero demasiado cerca de EE.UU. y algunos de sus aliados, como los colombianos, lo que lo dejaba más solo y confundido que ladilla en huevo de Pascua.

Y bueno, y ahí se encontraron. Fue ese el contexto histórico en el que se conocieron y en el que acordaron. Primeramente la invitación formal a Venezuela a formar parte del MERCOSUR lo que daba respaldo a Chávez, cualquier posterior acción de una potencia externa sobre su gobierno hubiese sido interpretada como una agresión al bloque regional. MERCOSUR era el escudo que él necesitaba.

Para Argentina el ingreso del país del Caribe significaba modificar el escenario, pensando un Brasil súper-poderoso y en la situación de extrema fragilidad que tenia nuestra Nación en aquel momento hubiese sido absolutamente imposible parar el embate de nossos irmaos y hubiésemos terminado deglutidos por el gigante Latinoamericano. Venezuela era ya un jugador más, aportaba dinero, nos salvaba las cuentas a pesar de las críticas de los señores economistas de los medios que analizaban las tasas de interés en vez de agradecer al único país en el mundo dispuesto a prestarle un dólar a la argentina de aquel tiempo. Nos abrió su mercado, nos posibilitó ingresar productos de todo tipo, sobretodo alimentos y maquinaria agrícola. Nos envió fuel cuando lo necesitamos y hasta una valija con 1.000.000 de dólares en efectivo… y sí. Si hay que reírse con lo que se estaba gestando en América Latina con Néstor, Hugo y Lula a la cabeza en ese momento, nos tuvimos que aguantar dos meses en la tapa de los diarios a ese gordo impresentable con camisa de beisbolero… Játejoder!

Después la gran batalla, el tren a Mar del Plata para sepultar el ALCA, qué hermoso! Y ahí estaban los dos juntos de nuevo, hilvanando estrategias para convencer al emperador de una vez por todas que el tiempo de América Latina había llegado que no estaban más ni Menem, ni Cardozo, ni nadie que se le parezca. Acá nadie quería jugar al golf con él, ni estaba dispuesto ya a renunciar a los intereses nacionales. Después las economías se estabilizaron, vino la UNASUR, se profundizaron los acuerdos y hoy todo parece más tranquilo. Y los más importante; ya nadie se va a Barcelona, al contrario, hay mucha gente llegando.

Lo que hoy vivimos señoras y señores, con todos sus defectos, pero sin duda alguna con grandes y revolucionarios cambios para nuestro continente fue obra en parte de este entendimiento y de esta amistad y es importante celebrarlo.

Gracias Hugo!