viernes, 29 de octubre de 2010

El tuerto y los ciegos

Que desolación sentí. ¿Y ahora qué?, Qué desprotección.
Qué maravilloso tu pasar vibrante, adrenalínico, impulsivo, comprometido, fanático, despiadado, irrespetuoso, inconveniente.

Gozamos de la conducción más importante de los últimos 50 años de Argentina y sin dudas va a doler hasta cicatrizar.
Una mezcla de utopía, trabajo y ejecutividad.
Y cuando la biología se da el gusto de mixturar corazón, cabeza y despertador —en proporciones iguales— el embate es difícil de menguar.

Me parecen todos ciegos, amigos,

ahora que el tuerto se nos fue…

Imposible no recordarte en momentos memorables, que hicieron renacer un espíritu que diferenció a Argentina de cualquier otro país por nuestras latitudes. No sé cuánto sirvió pagarle ‘de contado’ al Fondo Monetario y echarlos pa’ sus casa a patadas. No sé cuánto rindió mandar a descolgar aquel cuadro, no tengo la precisión para determinar si recuperar nuestras aerolíneas de bandera era en sí mismo un buen negocio para nuestro país. No puedo cuantificar exactamente la importancia de aquel tren a Mar del Plata y la vuelta perdedora de aquel emperador que "olía a azufre". No lo sé. Son muchísimas las pieles de gallina que me ganó este pingüino eléctrico y desatado.

Son muchas y caras.

Y ahí estas "flaco loco" no se puede negar. Primero en la madera de esta, tu mujer,
brava, enérgica, que no mide límites, que se hace amar y se hace odiar como los grandes; loca. Que va a llorar, a sufrir, pero que el lunes a las 5 de la mañana estará rindiendo homenaje a tu persona desde el lugar que ella sabe que los tiempos lo demandan: Su despacho.
Y ahí estas también en esa masa de jóvenes utópicos, idealistas, combativos, desprejuiciados que has sabido motivar. Que ya no consideran que esta mal o es inadecuado hablar de política en este país y que han salido como antes a copar bares para hablar de los intereses de nuestro pueblo y a jurarte militancia. Porque “el dolor se combate con militancia”.


En nuestro compromiso con tu causa estará nuestro respeto
Como argentino un gran abrazo y una interminable admiración.


Sos muy groso ‘Lupín’, se te va a extrañar.

Eternas gracias COMPAÑERO!