lunes, 21 de octubre de 2013

LEALTAD EN ESTOS DÍAS

La lealtad en estos días debería ser interpretada de modo absolutamente opuesto al que le dio su origen como más o menos todos conocemos. No es admisible seguir pidiendo lealtad al pueblo respecto a sus lideres sino que es menester primero exigir lealtad del líder, del militante que llego a desempeñar un cargo o del compañero que ocupa una posición de poder, para con el pueblo que lo llevo a ese lugar. En esa notebook, BlackBerry, minita que se regala deslumbrada por el poder o autito con chofer del que eventualmente goce el compañero al que le ha tocado gestionar es imprescindible que no se diluyan los principios rectores que lo deben guiar en cada decisión. Es imperdonable sostener desde las bases a ‘pequeños yuppies’ disfrazados de revolucionarios que habiendo alcanzado algún carguito olvidaron sus convicciones con las caricias del poder.
La lealtad en estos días obliga a tener más que nunca presente el concepto de Patria. Como decía El General: “La patria no es el campo ni las vacas ni las industrias ni las montañas ni los mares ni los ríos. La patria es la gente, el pueblo, el tipo que va a laburar y quiere comprarle ropa a su hijo, mandarlo a la escuela y salir por ahí de vacaciones con su familia”.
La lealtad en estos días es saber que la bandera guía y conductora siempre es el interés nacional y el interés nacional es el interés de la gente, del pueblo. En cada opinión, decisión u opción que se ejerza debemos siempre ver si beneficia o no al Pueblo. Otro tipo de reflexiones generalmente lo único que han hecho fue acomodar el discurso para abrir las puertas a la mayor concentración y acumulación de poderosos sectores nacionales o foráneos y en detrimento del más débil. Flexibilización para atraer inversiones, devaluación para ser más competitivos, alianzas carnales con países serios para ser más creíbles y otras, son experiencias que ya hemos transitado y conocemos perfectamente sus resultados.
La lealtad en estos días es interpretar y comprender que en tres o cuatro decisiones se ha hecho tambalear un poderosísimo esquema de opresión que se gesto en más de tres décadas de historia. Un Pueblo desesperado y desesperanzado, un país endeudado y desgobernado o mejor, gobernado desde el interés de pocos y un grupo de cipayos y traidores regalando el futuro de la Patria al interés privado, era el cuadro que mandaba. Renegociación de deuda externa, absorción de fondos de pensión, aumento del poder adquisitivo y la asistencia social de los sectores mas desamparados, control de empresas estratégicas para el estado nacional, discusión de la real "verdad" expuesta por los medios masivos monopólicos de este país, protección de la economía nacional en cuestiones como el dumping extranjero, guerra de monedas o la apertura de nuevos mercados para no seguir dependiendo siempre de los mismos, entre otras, son las cosas que molestan, de ahí Boudou, Cabandie, Jaime, las carteras y las calzas de Cristina, la bolsa del gordo Antonini, el precio del tomate, Jelinek y su novio y mucho mucho mucho mucho más.
La lealtad en estos días es reconocer los errores, extremar los cuidados, castigar al traidor que dentro de la misma tropa no percibe que con su acción negativa por delictiva o irresponsable, está atentando contra un proyecto colectivo, pero lealtad en estos días también es no desviar el foco, saber lo que se ha avanzado y dar pelea hasta el final con el único norte de la defensa del pobre y del débil, porque como se sabe el rico se cuida solo.
Lealtad en estos días es más y más peronismo. 

Lealtad en estos días, no tengan duda ninguna es Cristina conducción.

¡Viva la Patria!, ¡Viva Perón carajo!