jueves, 27 de octubre de 2011

YEGUA RELOADED


Que rápida resulta nuestra Argentina, que difícil seguir los acontecimientos, aventurar situaciones, arriesgar resultados. Estoy acá sentado frente a la computadora y realmente me resulta asombroso de la temática que me encuentro obligado a escribir por la importancia del asunto aunque probablemente a riesgo de no ser original pues no serán pocos los que hablarán de esto por estos días.

Créase o no, desde el ínfimo 26% de imagen positiva del 2008 hasta las 21hs del 23 de octubre pasado transcurrieron sólo 3 años y en el medio se fue consolidando un proceso que culminó el domingo con la consagración del Ejecutivo con mayor poder de la historia política de nuestro país. Realmente así lo creo, no veo a nadie en nuestra historia que haya sido poseedor de semejante capacidad de mando.

Allá por mayo del 2010 en Pacto Germano Soviético comentaba en nuestro blog que había dos aspectos determinantes que se vislumbraban y podían indicar, en tiempos difíciles para el kirchnerismo, que una recuperación en su caudal electoral era factible y los elementos salientes que mencionaba como argumento eran por un lado “una amorfa oposición” que no lograba capitalizar las perdidas oficialistas y por el otro “un impresionante despliegue ejecutivo” como característica saliente de la incansable gestión que ha caracterizado al Gobierno Nacional.

De todas maneras, si bien continúo creyendo que esas cuestiones pesaron para que ocurra lo que acabamos de ver en estas elecciones nunca podría haber imaginado -léase soñado- lo que acabó ocurriendo. La propia Presidenta en su discurso en Plaza de Mayo durante los festejos después de los comicios exponía claramente esto en sus palabras: “Si hace dos años alguien nos decía que esto podía ocurrir hubiésemos pensado que estaba loco. Gracias, gracias…”

Hoy, con el diario del lunes como se suele decir, creo que además de aquellos dos conceptos antes mencionados existieron otros dos que en parte nos pueden ayudar a entender esto a lo que estamos asistiendo y son “la coherencia en el rumbo de la acción llevada a cabo por el oficialismo” y “el odio como forma de construcción de espacios” por el que optó el resto del conglomerado político nacional.

La clara identificación conjunta de objetivos, ideales y principios evidentemente da cohesión al movimiento, lo multiplica, lo fortalece, lo hace compacto.

Por el contrario la formación de bloques “unidos por el horror”, con ausencia de horizontes comunes en los que sólo prevalece el apetito por arrebatar el poder son frágiles y se diluyen rápidamente en intereses mezquinos, se vuelven permeables a acciones disuasivas.

Es extenso, difícil y por cierto no creo estar capacitado para explicar todo lo que ha pasado en tan sólo cuatro años en nuestro país pero parecería también cierto afirmar que los grupos opositores se relajaron en una suerte de “mundo virtual”, en el de “la Argentina de Chavez” como les encantaba decir, creada por ciertos medios de comunicación masiva contrarios al Gobierno, en el que el kirchnerismo se terminaba, la Argentina se aislaba, la economía nacional explotaba, la energía se acababa y a las empresas extranjeras las expropiaban, cuando a ciencia cierta en la calle mucho de eso no ocurría. Por el contrario gran parte de la población mejoraba su nivel de vida, muchos encontraban trabajo, las empresas crecían, el campo ganaba dinero, los científicos volvían y día tras día derechos no sólo económicos sino también sociales y culturales llegaban a un pueblo hace rato sediento de cariños.

¿Se acuerdan del País Real y el País Virtual?, bueno, parecería hoy que los que vivían en el país virtual no eran justamente los funcionarios oficialistas que evidentemente no manejaban datos de la realidad de nuestro pueblo tan aterradores como los permanentemente denunciados por los agoreros mediáticos del horror. Aparentemente en el País Virtual no era justamente la Señora Presidente que vivía. La veo bien real.

Pero ¿Por qué está tan real esta Presidente hoy?, ¿Por qué podemos pensar que se trata del mayor poder político concentrado de la historia de nuestro país como enuncié al principio?

En mi caso personal siempre he celebrado acciones de esta gestión que remiten a los enunciados básicos del peronismo como lo son la Independencia económica, en el que procesos como la renegociación de la deuda externa, la estatización de las AFJP son estandartes que han desatado las manos de nuestro estado nacional. La soberanía política interna frente a clásicos factores de poder como la Iglesia, el ejercito y fundamentalmente los medios hegemónicos de comunicación hoy todos ellos absolutamente disminuidos en su poder de presión o externa en intentonas imperialistas de potencias centrales como lo fue la firme respuesta que se tuvo en aquel viaje de Bush a nuestro país y la opción definida de recostarnos sobre nuestro ámbito natural como es la América Latina. La Justicia Social, en procesos de redistribución de ingresos claros aunque probablemente insuficientes, incorporación de grandes masas de ciudadanos sin ningún tipo de cobertura al sistema previsional o la asignación universal por nombrar algunos simbólicos nomás.

Estos elementos los entiendo centrales en la recuperación también de la esperanza de nuestro pueblo en una patria justa y viable lo que ha desatado en muchos de nuestros compatriotas deseos de participación, creyentes de que el cambio es posible a sólo 8 años del “que se vayan todos” tan parecido al fenómeno de “los indignados” que hoy vemos en otras latitudes aunque por cierto mucho más profundo en términos de deterioro social -económico y cultural- que había alcanzado nuestro país.

En fin, son muchas las cosas que se podrían enumerar en estos 8 años de gestión que se acaban de juzgar. De todas maneras resulta fundamental también explicitar el modo en que se lo hizo para poder entender la situación.

Primero yo haría alusión al modo en que se fue construyendo ese poder lentamente. Acumular y partir hacia un nuevo objetivo fue una constante, y talvez el mayor mérito o donde se vieron los mejores resultados fue en los peores momentos en que lejos de aflojar se reprogramó la agenda siempre profundizando el rumbo.

Uno a uno los clásicos factores de poder de nuestro país, de aquellos que nos enseñaban en “Instrucción Civica” esta señora los ha ido moderando hasta encontrarse hoy en una situación de la que a mi juicio no existe precedente y justifica la idea de estar frente a niveles de poder desconocidos en este país hasta hoy para un ejecutivo. Adicionalmente a esto si pensamos que 21 de los 23 Gobernadores responden al Gobierno, y que se dispondrá de quórum y mayoría propia en ambas cámaras, imagínense.

Por sintetizar vamos a un factor clásico de poder en nuestro país que a ciertos sectores de la sociedad le suele causar escalofrío: Los sindicatos.

Se decía que a Cristina “se la comerían cruda en dos días una vez muerto Néstor” o que “Moyano le va a poner el vicepresidente”. Al final la encontramos a meses de las elecciones mandándolos a quedarse quietos, prácticamente no incluyó figuras en las listas salidas de esas filas y logró un clima de paz social en términos de protestas absolutamente impresionante.

-“Tengan memoria!, ustedes saben lo que se ha logrado en este tiempo, no lo arriesguen por que después entonces no lloren” les dijo, y todo el mundo quedó quieto.

No sólo fue así con los sindicatos, al propio partido justicialista, a los empresarios, a los gobernadores y hasta a los famosos Jefes del conourbano a los que siempre se les temió tanto la Presidenta los encaminó.

Todo esto es sólo posible en la forma en que la sociedad interpreta los avances que se han producido y evidentemente la Presidente ha logrado con un sin número de acciones que la gente vea en su mejor situación actual el liderazgo de Cristina por arriba de cualquier otro intermediario. Sea este un gobernador, un intendente, un sindicalista, un juez, un puntero. Acá la conducción es de Cristina, ella no le debe un voto a nadie, al contrario, su sola presencia en un distrito apoyando a un candidato acaba definiendo la elección con lo cual hoy nadie le puede venir a cobrar nada.

Lejos de temerle a esta situación con la que intentaron asustarnos los perdedores antes de las elecciones, la considero una oportunidad verdaderamente única y aunque no me gusta usar el adjetivo de “histórica” por lo trillado y exageradamente usado, creo que en esta oportunidad lo merece.

Confío en la conducción de esta mujer para administrar semejante mano con las cartas que nos han tocado. Creo que esta todo alineado para que en cuatro años partiendo de estos niveles consigamos dar un paso importantísimo en nuestro país. Como se suele decir; “Dios me escuche”

Hoy leí por ahí:“esta es una mujer que gobernó sin mayorías parlamentarias, sin vicepresidente, sin marido y sin Presupuesto, envuelta en la mayor crisis mundial desde la debacle del '30, con la más fenomenal campaña en contra de oligopolios mediáticos y corporaciones y cosechó más votos que en 2007" . Y entonces, ¿cómo no confiar?

Hoy vemos una situación bastante diferente, si bien la crisis internacional es preocupante las fortalezas de La Jefa son muchas y nuestra Argentina está viva.

Ahí está Cristina chicos! Una Yegua Reloaded !