El vino tiene su canto
y al vino yo me remito
su larga historia de amores, de odios, de confesiones,
encierra pura en su cuerpo verdades y confusiones.
Su cuerpo se exhibe sano
su color luce inquieto
su aroma marca los trazos
que descubrimos con el primer vaso.
Sin embargo por su andar
basuritas siempre tiene
y tantos años de encierro
de oscuridad y de madera
lo han privado del viento,
oxígeno de primavera.
El hombre prevenido de esto,
supo buscarse la ayuda,
y en un florero de vidrio,
derramándolo con bravura,
lo nutrió del puro aire
y le apartó la basura.
Asi nació este instrumento,
que se vende sofisticado
y no es más que un amigo,
un recurso apropiado,
que la gente ha descubierto
pa´ que sea mejor el trago.
Los pueblos hacen lo mismo,
y se airean de vez en cuando
y casi imprudentemente y en silencioso trabajo,
se comprometen y logran,
mandar la mugre pa´ abajo.
En este 17 de octubre;
¿que homenaje podía hacerle?,
sólo pensar en el vino y me vino todo a la mente
si esta vasija extranjera cuando llego a nuestra tierra
fue bautizada distinto,
por toda nuestra hermosa gente.
Vaya a saber si fue quien,
el que vislumbró este destino,
que en nuestra Patria al Decanter
lo llamaríamos Pingüino.
Néstor Vive!